La lagartija, con un sinnúmero de variedades, constituye una especie que ha logrado aprovechar las profundas modificaciones que en su hábitat han producido los humanos, aprovechando las tapias, los parques y las enredaderas.
Este animal vive asociado a los árboles y, en las casas de patios amplios, a las murallas en las que hay enredaderas o plantas que las cubren.
Estudios realizados sobre ella, han demostrado que un macho tiene varias hembras y que viven vinculados a un árbol, cuanto más grande sea este, más hembras habrá en el árbol, aunque un solo macho, el que defiende este territorio vigorosamente con despliegues de movimientos de cabeza muy enérgicos y no duda en morder a otros machos que pretendan invadir su territorio. Las hembras son "raptadas" y empujadas al árbol y el macho e impide que ésta lo abandone, también con movimientos de cabeza y aun con mordiscos si fuere necesario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario